jueves, 4 de abril de 2019

Divinidad planetaria


Gozarme este viaje entre galaxias y planetas por fin tiene sentido, ha cesado mi carrera contra los cometas y me he detenido tras esta nebulosa solo para mirarle.


Le vi primero sentada al borde uno de los anillos de júpiter, jugueteaba balanceando sus piernas contra la gravedad mientras con las manos acomodaba pequeños rizos tras sus orejas.

Creo que estaba vestida con polvo de estrellas y en sus ojos fuego del sol emanaba, como no mirarle si al movimiento de sus manos rastros de quasar emitía, eso era ella para mi; una energía electromagnética que me envolvía.


Los satélites juegan con ella y le provocan sonrisas de donde solo el color de un pulsar puede obtenerse, es casi mágico, es casi estar bajo la presencia de una adonis. Vi cuando llevo sus pies sobre el universo y posándose sobre  urano puedo asegurar que fui testigo de como el planeta mas frió con su sola presencia ardía en llamas. 

Viéndole he justificado miles de teorías evolucionistas; por ejemplo creo que la muerte de las estrellas tiene relación directa con sus días tristes y sin embargo debe ser precioso el espectáculo.

Le deseo mía e inalcanzable aun en los momentos frágiles, le he proporcionado a mi imaginación sus besos como un cumulo estelar y no hay titubeos al decir que hay infinidad de formas para esto.

Y aquí estoy, como navegante furtivo de galaxias permitiéndole a mis ojos ver colores casi hechos de irrealidad y sin embargo lo mas precioso es ella.

Ámame un día en esta soledad universal, es mi deseo, acompaña a este viajero sin mapa y ven conmigo a explorar todas estas constelaciones sin conocer que te prometo serán nuestras como préstamo del cielo mismo.

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