lunes, 9 de septiembre de 2019

Entre suspiros

Estoy huyendo entre suspiros de su nombre, de ese modo que tiene de crear fantasías en mi compañía sin tener permiso para ello. Siento que mis pulmones han reducido su tamaño y no cabe ya en ellos tanto aire para albergar, en mi cabeza ronda su voz y sus palabras en un unísono que se repiten segundo a segundo por si acaso me doy la oportunidad de recordarle.
He llenado mi tiempo de quehaceres, de obligaciones y de malas recetas con tal de no pensarle, aprendo nuevas canciones y las horas entre libros se han ido con tal de no imaginarle, pero es una estrategia fallida. Una receta seria un espléndido plan entre dos, entre sales y jugos prestados a la interpretación, de música está hecha su figura cuando entre mis manos se siente como una guitarra y no hacen falta libros si a su lado todo es una aventura.

He gozado noches enteras de mi propio tacto imaginando su piel, queriendo entre pausados suspiros estar entre su aliento gozando de algún modo cuevas y curvas impresas en su cuerpo como líneas históricas en las cuales quisiera dejar escrito mi nombre.

Del tono de su voz vienen a mi cabeza melodías enteras hechas por arcángeles colorados de la risa entre arpas, de la manera en que se cierran sus pequeños ojos al reír tengo la llave para mantenerlos abiertos y me sobran motivos llenos de flojos chistes con tal de verle sonreír.

Sigo aquí sobre el césped frío creyendo que su cara está entre las nubes, pero es falso. De mi corazón ha de venir la lluvia con que esta cargada el cielo y me retornará a una realidad en donde ella seguirá siendo efímera y ladrona de mi tiempo, espléndidamente feliz y lejos de esta alma que muere de intenciones de quererle. 

domingo, 8 de septiembre de 2019

Ella baila

A sorbos me he bebido su imagen como si con ello mi mente pudiera palpar su total sensualidad.

Entre destellos su cabello escondido se posa en su rostro queriendo asi enmarcar los rastros de su cara que le hacen dulce, pareciera que las luces juegan con su propio brillo y destaca entre una oscuridad que sin ella sería absoluta. 


Como acto involuntario su mano a tomado mechones de su cabello y lo ha reacomodado entre su madeja de seduccion, si acaso la mano que sostiene está copa pudiera tocarle estaría entre lo sublime de mi fuerza y mi deseo, entre ese mismo movimiento con que cabello a cabello cae tras su espalda, le veo allí entre la gente y le miró con sed, de su cuello se desprende ese sudor hecho lujuria, uno que probablemente al tacto sepa mejor que este licor.

En el asiento de este lugar he visto como la música parece hecha de ella, conoce cada compás y el modo tan ligero y fuerte en que debe moverse, le sirve de aliado su propio erotismo y vaya que lo contagia ahora que noto lo tibia de mi copa entre la mano.

Mirándole me ha llenado de dudas si acaso la misma melodia que tararea su boca es la misma en que mueve sus caderas, parece una mortal mas con una simple canción entre sus labios pero no es así, respira entre cada frase y su cuerpo parece actuar la pasión con que se encierran timbres bajos y altos entre la música. Parece ligera brisa pero de solo verla lo que siento es fuego.

Como detengo este modo de verle bailar si parece que esta construida de notas musicales, como le detengo si mirarle es un modo de imaginarle entre mis manos, sintiendo así su cadera, su espalda húmeda, sus enredados cabellos, del vapor que sale de su boca hacerme un propietario de besos. Le miró y sigue creciendo en mi el deseo, creo que quiero romper esa burbuja en la que baila y beber de su ser. 

jueves, 5 de septiembre de 2019

Reacciona gigante

Hoy vengo a hablar de un gigante hecho de barro macizo que no se desvanece ante las agrestes tormentas, un gigante hecho de sueños y determinaciones pero con un corazón de algodón.

Tan diseñado está el gigante para soportar, que comprende el momento de buscar el sol de nuevo aunque en la sombra pudiera descansar, le ven tosco y construido para la rudeza misma pero le teme al espejo. Huye de la gente para no recibir flores que pinten su corazón de amor por miedo a que estás se marchiten y ya no sepa que hacer con ellas, ha huido tanto el gigante que ha memorizado todos los rosales que tiene cerca para esquivarles tan solo con sentir su aroma.

Esta es la historia del gigante que nuevamente tiene que huir, ha reconocido una ilusión conocida en su corazón de algodón, parece identificar sentidos en cosas que lo carecen, pero esta vez no puede ver que su ilusión tiene una maraña en su propio corazón por un diseño distinto a él, tal vez este otro sea de madera, de brisa fresca, o agua salada, eso ya no importa, el gigante sabe que debe irse, pero insiste en quedarse.

Pobre gigante ¡reacciona!

Parece que tus ojos grandes y macizos van a llorar.

Y mis pies seguirán.

Y de que me mire y mis manos tiemblen tengo miedo.
De ese silencio que se encierra en sus ojos al mirarme, del modo en que me habla pretendiendo hacer en mi estragos, me asustó. 
Corre mi alma entre rocas y barro pretendiendo huir, a su propia velocidad lo hace considerando con ello la única salida entre mi propio laberinto. 
Soy prudente al oírle pero lo que diera mi ser por escuchar lo que incluso no dice, por saber lo que esconde entre su trenzado cabello, lo que su piel tiene tatuado como marcas de su propio pasado, por descubrir en su cuerpo las rutas por donde se encuentra su sed.
Le llamó discreción a compartir mi tiempo entre sus historias, entre las aventuras que su alma salta de flor en flor como una loca mariposa.
Eso se ha convertido, una aventura hecha colores. Una de esas impalpables que el viento trae con una sonrisa en la boca, de donde nace un recuerdo que no existe en la realidad, de la pregunta que se siente en mi ser cuando le veo, una de esas hazañas inauditas hechas de misterio.
Tengo miedo de seguir mirándole tras el cristal, de imaginar el color de sus orejas al sol y del modo en que cae su cabello en su espalda, la angustia corre entre mis huesos como agua fría, punzando el modo en que se inerva cada musculo, como si acaso con ello no fuera suficiente esta sensación de error bien cometido que ya poseo.
Seguiré el camino y ella en el cristal, rodeada de glotones, colores, almohadas y corazones seguira también, mi miedo se ira conforme mis pasos sigan tras la ruta por la cual ya venían.