sábado, 13 de abril de 2019

Al amor de mis días.

Amor de mis días llamaré a quien de la realidad de extrae a la mitad de una caricia, amor de mi vida no sería jamás tu título pues camine descalza y sin ti, eso eres, presente. 

Ven amor conmigo y sigue abrigando mi alma como lo has hecho hasta ahora, protege mis tristezas con tu abrazo y hazme perder la lógica a la mitad de mis ideas estrictas. Acompáñame un rato más, uno no mayor a los siguientes días que aún no han visto la nieve, luego de ello si quieres vete pero llévame conmigo.

Al amor de mis días el azul y el gris, el sol y la luna, el tiempo, el polvo, pero jamás el olvido, trozos de mi vida pegados a partes pero aceptados con la paciencia con que se ama.

Por tus silencios en mis días faltos de calma, gracias. Mantén vivas las brasas de una esperanza que pienso se consume, y arde amor, arde conmigo en este fuego. Un suéter junto a la hoguera, pues también veremos días fríos a la mitad nuestra. Del deseo, el placer y el amor volvámonos cómplices y en medio de un gran prejuicio, ámame, quiéreme y ven conmigo.

Toma mi mano que no iremos a caminar sobre nubes, iremos saltando charcos entre el lodo y reiremos, ropajes sucios no importan, nos interesa nuestra risa y el modo en que le haremos frente a una intensa y agotadora realidad.

Quiéreme entre los huesos rotos que cargo conmigo, los zapatos sucios y mi carácter hecho de diablos, ámame y comprende que en ti todo ello parece gloria. Tú ser ha sido lógica a la mitad de mi falta de cordura y coherencia paralela a mis decisiones escasas de razón. Flores, brisa y lluvia, eres todo lo que nadie vio.

Una roca, un metal y agua también, de mi alma partes, de mi amor un todo.

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