Y te diré que vivo en una fiesta y que han sangrado mis pies de bailar tanto desde que has llegado a mi vida.
Te contaré que no me he cansado de escuchar la melodía de tu voz y de seguir tus pasos aún cuando llevan un compás distinto al mío.
Música y locura se ha hecho esta sinfonía de notas con las que te he amado desde el inicio de esta pieza, tus manos sobre mi cintura y las mías rodeando tu espalda, como si eso fuera un abrazo en el que nos pudiéramos congujar para ser solo un cuerpo.
Te diré que hay canciones que me gustan, que algunas viniendo de tu parte son todo un estruendo, que algunas melodías me parecen planas pero que todas te componen y he aprendido a escuchar todas y cada una de ellas.
Aquí estás vestida de gala para la ocasión, recatada, sutil y preciosa, quién quiere ver a otro lugar que no sea a ti.
Brindaré contigo tan pronto me permitas salir de esta pista y en tu nombre un sorbo hecho de risas y de ese aroma que solo tú ser tiene, hecho de esas formas en que se mueven tus manos al hablar y de las palabras que repites en ironía cuando estás molesta.
Y bailaré contigo aún sin música, y viviremos gozando de nuestras propias notas, de nuestros momentos de silencio, nuestras propias luces y este amor.
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