domingo, 17 de noviembre de 2019

Cuando veo su sonrisa

Básicamente ella era como el desayuno del alma cada mañana, como frutas frescas se sentían sus besos, como el aroma del café que impregna la casa era su esencia.

Mi alma se nutria de su ser cada día, verle y comprender que el día seria indescifrable pero que al volver a ella mis dudas estarán resueltas. El modo de ver su piel mojada después del baño me ha dejado comprender que la pasión y el deseos son solo productos de la locura, de mi imaginación destellos recorriéndole con los ojos.

Me alimento de su presencia como si fuera manjar bendito exclusivo de dioses, ver y entender que de su anatomía de diseñaron nubes y cordilleras.

En su voz fuerza y fragilidad, y a mis oídos cantos de una ninfa.

Mirarla de lejos tiene en mi la sensación  de paz que me produce el ocaso luego de una largo día.

La extraño, la quiero cerca pero la prefiero lejos, le prefiero de lejos para admirarla entre la gente, oservarla animada entre sus ocupaciones y verla perfecta, memorizar en mi cabeza sus movimientos y la manera en que mueve las manos cuando habla.

Ver su sombra en el suelo es un juego de siluetas, vengo entendiendo que mi mene tiene miles de provhechos con su imagen, la invento como estrella, como magia o arena.

Si tan solo ella supiera que mi alma empieza su día cuando veo su sonrisa.

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